Cantabria No Se Vende defiende el turismo sostenible

CNSV lanza una serie de intervenciones callejeras para recordar que Cantabria es finita y que el modelo masificador amenaza la calidad de vida de sus habitantes, así como el propio atractivo turístico.

El movimiento ‘Cantabria No Se Vende’ está llevando a cabo una campaña para denunciar los procesos de turistificación que ocurren en la comunidad mediante una falsa campaña publicitaria. Se han colocado en diferentes puntos carteles con paisajes cántabros atravesados por el turismo masivo. ‘Cantabria finita’ es el lema escogido para esta campaña, que pretende concienciar sobre el impacto social y medioambiental del turismo masivo.

El verano pasado, en plena pandemia, Cantabria batió récords de visitantes, pero también de malestar de sus habitantes, que en los meses de julio o agosto encuentran sus entornos “masificados y degradados”, irreconocibles. Cada vez hay más paisanos que comentan lo insoportable que resulta convivir con este modelo turístico, viéndose incluso desplazados de sus prácticas y estancias tradicionales.

“La gente no viene a Cantabria buscando polígonos eólicos, urbanizaciones de pareados, comida basura y hormigón, no tiene sentido alguno decir que se apuesta por un turismo de calidad mientras se apuesta políticamente por un sucedáneo de Marbella o Benidorm, con menos horas de sol”, señala su co-portavoz, Diegu San Gabriel.

Desde el colectivo CNSV estiman que debe apostarse por un sector turístico “diferente”, integrado en la sociedad cántabra. “Que respete los derechos laborales, que valore y no degrade nuestro patrimonio histórico, natural y cultural”, señalan como premisas. “Que sea complemento de una economía productiva y no su único pilar”, concluyen, señalando que “ha quedado demostrado que las economías diversificadas e independientes resisten mucho mejor cualquier coyuntura”.


Este artículo es un resumen de la noticia original publicada por El Faradio: “Cantabria No Se Vende defiende el turismo sostenible”

 5 total views