Ingredientes de un cóctel explosivo: submarinismo, economía solidaria y turismo responsable.

[dropcap]A[/dropcap]lrededor de 7 millones de personas viajan anualmente por motivos asociados al buceo recreativo. Es innegable que el mundo del buceo mueve millones de dólares anuales en todo el mundo, pero en muy pocas ocasiones estos ingresos verdaderamente permean en las comunidades locales. 

Esta cierta paradoja ha sido identificada por Álvaro Sanchez, quien a través de su ONG SoliDive crean centros de buceo de economía solidaria bajo el paraguas del turismo responsable. “SoliDive surge como una alternativa al submarinismo” nos cuenta Álvaro, “actividad que generalmente se realiza en países pobres cuyas poblaciones son ajenas al negocio y desarrollo económico que esta actividad genera.”

Si el segmento del turismo del buceo asumiera su responsabilidad con las comunidades locales y los ecosistemas marinos y costeros, los beneficios que se podrían generar serían de incalculable valor. Según Álvaro “La explotación de las actividades relacionadas con el buceo suele estar en manos de cadenas hoteleras y/o empresas extranjeras. La población local es totalmente excluida de los beneficios económicos generados por el buceo. Esto les condena a una mayor pobreza y dependencia precaria de las posibles ‘migajas’ que deja el turismo convencional.”

SoliDive tiene sede en Madrid, cuenta con una gran base de seguidores en España y están siempre dispuestos a crear sinergías con otros proyectos y empresas, a través de la creación de productos turísticos y programas de capacitación con las comunidades locales. “Generalmente identificamos el colectivo de la comunidad más desfavorecido” explica Álvaro, “o aquel que le gustaría diversificar su actividad económica principal, como es el caso de los pescadores, y les proporcionamos formación en guías de turismo y actividades subacuáticas”.

La economía solidaria y el turismo responsable tienen el potencial de generar un cóctel explosivo dentro del mundo del submarinismo. El cual, a simple vista, ya es asociado con un turismo de bajo impacto. Sin embargo, aún queda mucho por hacer en la transversalidad que conforma esta actividad. Un punto a favor para conseguir normalizar un buceo solidario y responsable, es que los mismos buceadores experimentan de primera mano la necesidad de apoyar la conservación tanto del medio marino, como de las comunidades que lo soportan y protegen.

Según Álvaro, “en SoliDive buscamos un tipo de viaje mucho más auténtico desde el punto de vista del conocimiento del medio marino y el patrimonio histórico del lugar; no sólo se trata de bucear sino de aprender, conocer y sensibilizar.”

El sector necesita asumir la responsabilidad en todas y cada una de sus tipologías turísticas. SoliDive está iniciando el cambio dentro del buceo, presentando una alternativa de turismo responsable de alta calidad. A la vez que ofrece a las personas que lo practican, participar en un desarrollo sostenible y humano de los lugares que visitan, donde la población local es implicada directamente en el desarrollo socioeconómico que genera el turismo.

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