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Turistas para combatir la pobreza

[dropcap]C[/dropcap]ada día, tres millones de personas hacen la maleta y emprenden un viaje turístico a un país distinto del suyo. Mil millones de personas al año, según la Organización Mundial de Turismo (OMT), que dejaron en sus destinos 1,1 billones de euros en 2015. Esta industria representa el 10% del PIB mundial, el 7% de las exportaciones globales y emplea a uno de cada 11 trabajadores del planeta. Y las previsiones apuntan que el negocio será cada vez mayor debido al consumo de estos servicios de la creciente clase media en países emergentes. Tanto es así que los lideres mundiales de 107 naciones congregados en el I Foro Mundial de Turismo para el Desarrollo, celebrado en Pekín esta semana, observan en esta actividad una oportunidad para erradicar la pobreza, así como impulsar las economías de los países en desarrollo, preservar el medio ambiente y promover la paz.

«El turismo, bien gestionado, puede crear empleo decentes, proporcionar oportunidades de educación y ayudar a proteger el medio ambiente y el patrimonio cultural. Además de generar comprensión entre diferentes culturas», señaló Ban Ki-moon, secretario general de la ONU

El Gobierno chino considera que aún puede y debe mejorar para acoger a más viajeros, sobre todo, en áreas rurales. China es el país que más visitantes emite al extranjero y es el segundo receptor, por detrás de los EEUU y por delante de España y Francia.

«En el campo chino todavía vive mucha gente en situación de pobreza, pero tienen ricos recursos naturales y pueden aprovechar el turismo para cambiar su situación económica, y además ampliar su visión del mundo y cambiar su mentalidad», indicó el primer ministro chino, Xi Jinping

Más allá de las declaraciones de buenas intenciones, durante las jornadas se expuso la necesidad de medir el impacto real del turismo en la reducción de la pobreza. No siempre se crea empleo digno y estable, y las amenazas son numerosas. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ya alertaba en su Guía Práctica sobre la Reducción de la Pobreza a través del Turismo, de 2011, de los riesgos de la extrema dependencia del turismo para las poblaciones que, en caso de desastres o caída drástica de visitantes por situaciones de violencia, terrorismo o climáticas, quedan desamparadas. Otra asignatura pendiente relacionada es el turismo sexual. Según un informe de la organización Ecpat, de 2008, que la entidad asegura todavía en vigor, explica que son muy pocos los turistas sexuales ocasionales arrestados, juzgados y sentenciados.

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