Parece que la tendencia a reducir la contaminación que generamos con el turismo es cada vez más grande. ¿Es posible conseguir un turismo «cero emisiones»? ¿Llegará el día en que consigamos hacer turismo sin utilizar el coche?
Todos, en algún momento de nuestra vida hemos dicho aquello de “no podemos ir, porque no tenemos coche”. Sin embargo, una vez obtenido el coche, nos asaltan las acusaciones de emisiones que provocamos, que no somos capaces de compensar.
¿Cuántas veces nos hemos preguntado cuál es nuestra huella de carbono real y cómo podemos compensarla? Oh, sí. Podemos donar unos céntimos que redondean el precio final del billete de avión y nos quedamos así más tranquilos. ¿Alguien ha comprobado si ese dinero llega a quien nos interesa? ¿O es mucho más satisfactorio saber que el esfuerzo directo lo haces tú?
Por esto y por la cada vez más incrementada preocupación por el medio ambiente y sus consecuencias, tanto las empresas turísticas como la demanda, ha ido cambiando en el tiempo.
Promoviendo las alternativas al coche
Hace ya años que se lleva trabajando el promover el uso de la bicicleta como transporte en el día a día y también en los viajes. Sin embargo, siempre habrá viajeros que querrán llegar más lejos en menos tiempo. Pero, ¿nos hemos olvidado del tren?

Según los datos en este gráfico de un artículo de la bbc, un pasajero emitiría 41g de CO2 por viaje en tren. Hay que tener en cuenta que los trenes pueden llevar a más pasajeros, normalmente, que un autocar.
Proyectos como “Escapade nature sans voiture” promueve escapadas en las que se pueden combinar bicicleta, tren y autobús. Su objetivo es dejar de lado la creencia de que sin coche no se puede llegar lejos y, además, cuando se viaja en transporte público, la conexión con la comunidad local es automática.
Como segundo ejemplo, podemos mencionar a “Car-Free Tourism”, un proyecto diseñado por Transform Scotland para visitar los highlights de escoceses con un mínimo de huella. De esta forma, se promueve el turismo nacional, al igual que se atrae al internacional con proyectos sostenibles.
¿Os imagináis que pudiéramos tener un proyecto así en cada país? Realmente no se trata de copiar la idea, sino de adaptar la idea de proyecto a cada empresa, negocio, actividad turística… y transformar el presente.
El cambio es claro: ofrecer alternativas para reducir la huella de carbono es mucho más efectivo en términos de venta y en términos prácticos para el medio ambiente, que simplemente ofrecer una compensación por la huella de carbono (opciones que no son excluyentes).
¿Que necesitas sí o sí cruzar el mundo? Adelante. Siempre puedes contemplar la idea de compensar tu huella de carbono con empresas que apoyan a proyectos sostenibles y así, no reducirás la huella, pero puedes ayudar a que muchos proyectos que trabajan por mantener un medio ambiente estable y limpio, puedan seguir adelante con su causa. Un ejemplo podría ser The Carbon Sink; calcula tu huella de carbono y tiene opciones para colaborar con proyectos de protección de la naturaleza.
Es cierto que el efecto “zero emissions” ha evolucionado muy rápidamente como consecuencia de la crisis pandémica que hemos vivido estos dos últimos años; sea por gracia o por desgracia, actualmente nos encontramos en este momento de transición, en una situación en la que debemos hacer caso a la demanda del turista, ya que, esta vez, es la acertada.