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El auge del cicloturismo en Catalunya: naturaleza y sentido de lugar a golpe de pedal

Crédito: Cicloturisme i Medi Ambient

[dropcap]E[/dropcap]l cicloturismo es una actividad que cada vez atrae a más visitantes: descubrir el territorio a golpe de pedal tiene muchos beneficios, tanto para el visitante como para el destino que lo acoge.

En Catalunya, el cicloturismo es uno de los productos que promociona la Agència Catalana de Turisme. Según la entidad, “la práctica del cicloturismo de carretera y de la bicicleta todo terreno ha experimentado un notable crecimiento”. A partir de la década de los 80, fue aumentando el número de usuarios bien equipados deseosos de conocer el territorio de un modo respetuoso y sostenible, disfrutando de rutas en el entorno natural y alejándose de las carreteras más concurridas. Durante la década de los 90 esta actividad se consolidó y la práctica del cicloturismo en entornos rurales se fue extendiendo.

Entre los recorridos propuestos destacan las vías verdes, cuyo trazado transcurre a través de antiguas rutas ferroviarias abandonadas, actualmente acondicionadas para su uso por parte de caminantes y ciclistas. En general tienen un suave pendiente; salvo en los tramos señalizados, son accesibles para personas con movilidad reducida, fomentando así un turismo más inclusivo. La recuperación de estos caminos, que transcurren a través de zonas paisajísticas muy variadas, ha favorecido un desarrollo sostenible especialmente en las áreas rurales, ya que contribuye a la redistribución de los flujos turísticos. A lo largo de las rutas, el visitante cuenta con una amplia red de servicios, entre los que destacan los centros BTT: disponen de información turística de la zona, sanitarios y duchas, taller de reparación, alquiler de bicicletas…

La provincia de Girona es un buen ejemplo del auge del cicloturismo. Siguiendo con la línea del Año del Turismo Sostenible para el Desarrollo, el Patronat de Turisme Girona Costa Brava ha declarado el 2017 como el Año de la Bicicleta y la Sostenibilidad. Como argumenta la entidad, el territorio gerundenseestá categorizado como un auténtico paraíso para los practicantes del cicloturismo y los amantes de la bicicleta, ya sea todo terreno (BTT) o de carretera, gracias al clima suave, la diversidad orográfica y la riqueza de paisajes de la zona, desde el Pirineo hasta la costa, y a la amplia oferta de servicios turísticos del destino”.

En la provincia existen numerosas empresas privadas que prestan servicios a los cicloturistas. Cicloturisme i Medi Ambient, empresa pionera en la zona, es un buen referente. Tuve la oportunidad de trabajar allí hace unos años y fue una experiencia muy enriquecedora. Uno de los elementos que dan valor añadido a las rutas es el tipo de alojamiento escogido: pequeños hoteles con encanto o casas rurales, negocios familiares en su mayoría. Trabajando en esta empresa, me percaté de que los cicloturistas no solo se interesan por el paisaje natural por el que pedalean, sino que muestran también un gran interés por la cultura de la zona: las rutas en bici se combinan a menudo con actividades como visitas a mercados locales, catas de vinos, talleres de cocina… Se potencia de este modo el sentido de lugar, ya que se ponen en valor los recursos propios del territorio, aquello que lo hace único e irrepetible.

En el momento actual, en el que los efectos de la globalización se hacen cada vez más patentes sobre el territorio, el turista busca experiencias auténticas, con un mayor contacto con la comunidad local. Esta tendencia tiene en el cicloturismo un excelente aliado: esta forma de turismo slow permite descubrir el territorio a un ritmo más pausado, visitando pequeños pueblos al margen de las principales rutas turísticas, y propiciando un mayor contacto con la comunidad anfitriona. La vuelta a lo local, a lo autóctono, a lo tradicional, otorga un alto valor añadido a los destinos. Al potenciarse el sentido de lugar, el visitante experimenta una mayor conexión con el territorio que lo acoge. Los destinos tienen aquí la oportunidad de convertir al visitante en prescriptor a través de la fidelización. Por otro lado, la puesta en valor de los recursos del destino hace aumentar el orgullo de la comunidad anfitriona hacia su propio patrimonio.  

Así que monta en tu bici, respira aire puro y disfruta del trayecto!