Las Delicias, una quebrada recuperada en Bogotá que el turismo está poniendo en riesgo

[dropcap]E[/dropcap]n 2009, la quebrada Las Delicias, ubicada en los Cerros Orientales de Bogotá, era un foco de contaminación ambiental: un lugar en donde a la par del agua brotaban escombros, basura y olores nauseabundos que lo convirtieron en un santuario para la delincuencia.

Por iniciativa de la comunidad del sector aledaño de Chapinero, la secretaría de Ambiente, la Alcaldía Local y la ONG Conservación Internacional decidieron tomar cartas en el asunto e invertir más de $1.800 millones para recuperar el cuerpo de agua y volver a sembrar vida en este deprimido sector. En 2013 el Distrito presentó la nueva cara de Las Delicias, una de las 192 quebradas que bañan a la capital del país.

Hoy en día, en Las Delicias habitan cerca de 52 especies de árboles y 150 de aves (pavas andinas, colibríes colilargas, azulejos, gavilanes, pechirrojos y copetones), y uno que otro cusumbo, comadreja, ardilla, ratón de río, zarigüeya y musaraña.

Sin embargo, toda esta biodiversidad naciente, según la comunidad, se ve de nuevo amenazada, pero esta vez por los estragos de los turistas, que ingresan por sus propios medios, es decir, sin alguien que los guíe, lo que ha empezado a afectar la tranquilidad del lugar y han aflorado toda clase de impactos ambientales.

Este artículo es un resumen de la noticia original publicada por Semana Sostenible: “Las Delicias, una quebrada recuperada en Bogotá que el turismo está poniendo en riesgo”.

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