
En Jujuy, Argentina, a los pies del Cerro de los Siete Colores, el Hostal Posta de Purmamarca lleva abriendo sus puertas durante algo más de 20 años. Lucy Carolina Vilte gestiona este ecohotel, cuyo paradigma gira en torno a la responsabilidad social empresarial, no exento de mucho esfuerzo y compromiso. Analizamos el sector en general y este caso de éxito en particular, cuya objetivo es claro: transformar aspiraciones sustentables en resultados concretos.
Nuria: El Hotel Purmamarca es un Ecohotel ¿Qué certificaciones acreditan al sector hotelero en Argentina como alojamiento sostenible y porqué decidisteis incorporarlos a vuestro proyecto?
Lucy: En 2014 fuimos el primer establecimiento en la provincia de Jujuy y el tercero en Argentina en obtener la eco-etiqueta “Hoteles Más Verdes”, otorgada por la Asociación de Hoteles de Turismo de Argentina (AHT), que es la certificación que nos acredita como “ecohotel” siguiendo criterios internacionales. Es un programa voluntario, que además está validado por el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) y cuenta con el reconocimiento y auspicio de la Dirección de Gestión de Calidad Turística del Ministerio de Turismo de la Nación.Apostar por la sustentabilidad era y es una ventaja competitiva. Nos permitió rápidamente dar respuesta a un nicho de mercado desatendido, el turismo responsable. Además, estos valores coincidían con los valores que han formado parte de nuestro día a día familiar, así que digamos que cada proyecto social o ambiental iba surgiendo de manera natural. Posteriormente y a través de la certificación revelamos al detalle nuestro trabajo. Desde entonces nos proponemos constantemente alcanzar nuevos niveles y estadios de validación que no sólo ratifiquen que estamos en el camino correcto, sino que nos impulsen a lograr nuevos desafíos en el campo de la sustentabilidad.
Nuria: ¿A qué retos hacéis frente dentro del sector alojamientos en Argentina y a nivel mundial?
Lucy: Creo que hoy por hoy el acceso inmediato a información a través del mundo virtual tiene la gran ventaja de permitirnos llegar a todos lados pero también representa un desafío: ser visibles y accesibles. Captar la atención con elementos innovadores y lograr la fidelización del cliente, es uno de los grandes retos para los hoteles. Escuchar al cliente, leer y responder a la brevedad las encuestas y sugerencias, es una manera de anticiparse a sus necesidades y adaptarse rápidamente a requerimientos especiales. Hacerlo partícipe de la toma de algunas decisiones o informarle cuando se ha seguido su sugerencia respecto de algún cambio o mejora; esto lo acerca y lo familiariza con el negocio abriéndole las puertas a una nueva visita. Ante tanta oferta, es un reto que vuelva porque en nuestra casa se sintió como en la suya.Creo que es muy importante estar conectados, manejar redes sociales, ser ágiles y expeditivos para retener el interés del primer contacto. Incorporar la mayor cantidad posible de “facilitadores» a la hora de concretar una reserva: tarjetas de crédito, pagos virtuales, motores de reserva, posibilidad de armar todo un itinerario desde el celular.
“El turismo es como el fuego: te ayuda a calentar tu comida pero puede quemar tu casa.”
Nuria: ¿Es posible que un alojamiento sea económicamente rentable y forje un compromiso real con la población y el medio ambiente?
Lucy: No sólo es posible, es necesario. El equilibrio entre economía, medio ambiente y población es lo que permite al alojamiento crecer de forma sostenida sin agotar sus recursos: el lugar donde se asienta y las personas que hacen de ese lugar, un lugar único.No atraemos viajeros a nuestro hotel, si no a un destino que tiene una riqueza patrimonial excepcional. Para que todos “ganemos” por igual y se establezcan tejidos sociales fuertes que soporten y controlen cualquier impacto negativo derivado del turismo, hay que trabajar conjuntamente con la población local.Hay una frase que lo resume: “El turismo es como el fuego: te ayuda a calentar tu comida pero puede quemar tu casa.”Puede ser sinónimo de progreso para una comunidad, si redunda en beneficio del que llega y del que está. Si contaminamos el paisaje, si no nos comprometemos con la inclusión de los sectores vulnerables, si destruimos nuestra arquitectura ¿podemos seguir siendo un destino competitivo? ¿Qué turista nos elegirá? Nuestra supervivencia como habitantes de una comunidad o como empresarios del sector turístico depende de nuestro compromiso en respetar nuestra herencia cultural.
Nuria: Voluntad, esfuerzo y compromiso con la sostenibilidad pero ¿cómo se construye este camino que la lógica nos dice es el modelo a seguir en base a tu experiencia?
Lucy: Para empezar, no se puede labrar este camino y generar riqueza en sociedades que no cuidan su entorno, su identidad y que no enseñan a los visitantes a respetar estos valores.Así, tenemos que hacer partícipes de los proyectos sociales y ambientales a todos aquellos que forman parte de tu equipo, generando empoderamiento y fidelización interna, creando un buen clima laboral. Al mismo tiempo que se forja un compromiso sólido y duradero, no sólo con los objetivos de la empresa sino con el bienestar de la comunidad y el ambiente. Cuidar a nuestros trabajadores, a nuestros colaboradores, es asegurar la continuidad de la empresa y la preservación del entorno. Agradezco siempre contar con un equipo excepcional e incondicional, artífices genuinos del éxito de mi empresa.Ser un alojamiento pequeño tiene sus ventajas en cuanto a sostenibilidad se refiere. Ofrecemos un trato más personalizado y podemos compartir con nuestros huéspedes inquietudes sobre el lugar que visita. Algo que nos sirve como herramienta de sensibilización y que nosotros llamamos “las normas de la casa”. Captamos su interés y se convierten en aliados.
Nuria: El turismo sostenible en algunos casos, se ha convertido en una herramienta de marketing muy potente que se aleja en algunos casos mucho de la realidad. ¿ocurre del mismo modo en Argentina?
Lucy: Las empresas pequeñas son el terreno más fértil para apostar por el turismo sostenible. Nuestra proximidad al entorno natural y a la población local, ofrecen un inmenso potencial para trabajar en proyectos ambientales y sociales reales. Se genera un impacto positivo mayor, aún contando con menos recursos que una gran empresa. Los resultados son percibidos de inmediato, dándo así credibilidad. Además nuestro estrecho vínculo, casi personal con todos los agentes del territorio, hace que cualquiera de las acciones de empresas pequeñas como el Hostal Postal de Purmamarca, sean fácilmente demostrables. Es así como dejamos de lado posibles vicios y denostaciones del turismo sostenible como mera herramienta de marketing y damos paso a la realidad.
Nuria: La responsabilidad social del Hostal Posta de Purmamarca gira en torno a tres ejes: turismo accesible, desarrollo comunitario y medio ambiente. ¿Cómo se integran estas tres líneas de trabajo en el día a día de vuestro hotel?
Lucy: La consolidación de la sustentabilidad económica, social y ambiental en la gestión de los negocios implica, sin duda, un proceso de permanente cambio y mejora que nosotros asumimos de manera gradual, progresiva e integral. Por eso, año a año apostamos por proyectos de mejora de nuestras instalaciones teniendo siempre presente principios de eco-eficiencia, bio-construcción y accesibilidad. También estamos atentos a las necesidades de la comunidad, que tratamos de detectar mediante encuestas y buscamos satisfacerlas trabajando conjuntamente con instituciones públicas y privadas. Y muchas veces son los mismos colaboradores los que presentan iniciativas que se llevan adelante y se difunden entre la comunidad. Socializar información, comunicar, sensibilizar y compartir lo aprendido, es nuestro objetivo final en cualquier iniciativa. Tratamos de focalizarnos siempre en la mejora continua de toda la gestión hotelera para alcanzar objetivos más altos, satisfactorios y ambiciosos que nos hagan sentir felices y satisfechos como personas y dignos representantes de la hospitalidad sostenible.
“Un alojamiento que cuide su entorno y a las personas con las que se relacione será entonces un emprendimiento sostenible”
Nuria:
¿Qué factores son determinantes a la hora de evaluar si un alojamiento es o no sostenible?
Lucy: Creo que hoy es preciso centrar la mirada no sólo en el ambiente sino también en las personas. La sostenibilidad está muy asociada al concepto “verde” de cuidado ambiental y a veces queda en un segundo plano la gente; desde los colaboradores, proveedores, los vecinos y hasta los huéspedes.
En cada caso se deben observar cuestiones que promuevan las buenas prácticas ambientales y también sociales como el respeto de los derechos humanos y la plena conciencia del otro, la equidad, igualdad y tolerancia que son principios fundamentales de lo que es realmente la esencia del turismo. Un alojamiento que cuide su entorno y a las personas con las que se relacione será entonces un emprendimiento sostenible.
Este artículo forma parte de la serie promovida por el concurso de LALI y Fondo Verde en el 2017, para premiar iniciativas que promueven el paisaje en Latinoamérica.
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