[dropcap]L[/dropcap]a Asociación de Guías Indígenas Turísticos Bribris de Talamanca (AGITUBRIT), compuesta por 12 profesionales de las comunidades de Yorkin, Shuab, Suretka, Meleruk, Suiri, Amubri, Tsoki y Namu Wokir, impulsa un proyecto comunitario de turismo que pretende ser una alternativa sostenible para fortalecer su cultura milenaria bajo el principio del buen vivir.
Las Comunidades Bribris se ubican al pie del lado Caribeño de la Cordillera de Talamanca, zona Sur-este de Costa Rica. En el año 2004 un grupo de jóvenes indígenas, motivados por el Plan Guía Turístico Indígena que impartió el Tecnológico de Costa Rica (TEC), comenzó a organizarse para formar la primera agencia indígena de turismo. Si bien algunos de ellos ya tenían sus propios pequeños emprendimientos turísticos, entendieron que debían unirse para darle fuerza a su propuesta.
Uno de los primeros pasos fue la creación del Código Ético de Turismo de Talamanca. Algo muy lógico y fundamental pero que en nuestras culturas cuesta mucho que se entienda. Sobran los ejemplos de destinos turísticos mundialmente reconocidos que no tienen un Código Ético. Para esto AGITUBRIT coordinó asambleas populares con la Asociación de Desarrollo del Territorio Indígena Bribri (ADITIBRI) y Kekepas (ancianos sabios) y consultó a toda la comunidad sobre la forma en que ellos y ellas debían desarrollar la actividad turística. Admirable.
Su visión del turismo no es convencional, porque su cosmovisión tampoco lo es. El valor que la comunidad Bribri le da a la naturaleza y a la espiritualidad está muy por encima de intereses económicos. Lo sagrado no se vende ni se compra. Las montañas, los bosques, las tierras y los ríos no se usan de cualquier manera, sino con mucho respeto. Y obviamente, la actividad turística es tratada bajo el mismo concepto.
AGITUBRIT se conforma por 12 socios/as y cada uno/a tiene su proyecto o actividad turística. Entonces lo que la agencia ofrece son productos de uno o dos días donde el visitante pueda conocer todos o varios de esos proyectos. Caminatas por bosques sagrados, paseos por ríos venerados, visitas a templos espirituales, pernoctación y comidas tradicionales, visitas a fincas orgánicas y artesanías milenarias son algunos ejemplos. Siempre con la idea de que el turista conozca y aprenda de una cultura que ha logrado sobrevivir por más de 5000 años.
De esta forma, la agencia desea fomentar en el resto de la comunidad aspectos culturales (como el idioma Bribri, molienda de maíz, tejido de hojas de suita, casas tradicionales, comidas típicas) que están en riesgo de perderse debido a intereses capitalistas. Entienden que el Turismo puede colaborar para que la propia comunidad valore su cultura y no la pierda ni la olvide, sino que la siga reproduciendo. Y no como un show para los blancos, sino también (y fundamentalmente) que se convierta en el día a día de cada familia.
En este momento AGITUBRIT se encuentra en la construcción de su oficina en Suretka y terminando algunos trámites legales que el Gobierno de Costa Rica les exige. Pero esta organización indígena ya está lista para mostrar a quienes los visiten, con ganas de aprender y respeto, una forma de vida que dignamente resiste ante el asedio constante de un sistema internacional que solo venera el consumo y el poder económico.
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