Inmersa en el azul cristalino del Mar Egeo, en el sur de Grecia, entre más de 160 islas que componen el archipiélago del Dodecaneso, se sitúa Karpathos que, junta con la isla más meridional de Caso, se encuentra en la ruta marítima que conecta Rodas a Creta.
Entre el 6 y el 11 de octubre de 2021 tuve la increíble oportunidad de participar en un test organizado por Destimed Plus en colaboración con MEET Network en la Área Protegida del Norte de Karpathos e Isla de Saria.
La gran labor de DestiMED Plus y MEET Network
DestiMED Plus es un proyecto cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional que representa un paso más en un camino que tiene como objetivo promover una planificación integrada del turismo sostenible a lo largo de las costas mediterráneas, centrándose en particular en las áreas naturales protegidas.
Construido sobre la huella del éxito de los proyectos MEET y DestiMED, tiene como objetivo promover y mejorar la integración entre el turismo local y las políticas de conservación en las áreas protegidas del Mediterráneo a través de la creación de itinerarios de ecoturismo.
Para ello, DestiMED Plus aplicará este enfoque en 9 áreas protegidas distribuidas en diferentes regiones de la cuenca mediterránea (Andalucía, Cataluña, Cerdeña, Creta, Córcega, Lacio, Egeo Meridional, Croacia y Albania), donde se llevarán a cabo acciones piloto orientadas a desarrollar productos de ecoturismo alineados y medidos según los estándares del proyecto.
MEET Network es una red de parques naturales mediterráneos que desarrollan experiencias de ecoturismo de alta calidad que benefician a la conservación y a las comunidades locales. Las de MEET son experiencias culturales basadas en la naturaleza que permiten a los viajeros descubrir un nuevo lado del Mediterráneo.
Descubriendo Karpathos
Con estos antecedentes, el descubrimiento de la isla como tester, fue realmente único e interesante. La experiencia, en su totalidad, fue muy positiva.
Hay algunas fortalezas que indudablemente hicieron que el test fuera interesante y comprometido en muchos de sus puntos. En primer lugar, la extrema cordialidad y cortesía de Michalis (Karpathos Travel) y Nikolaos: siempre estaban de buen humor, muy acogedores y dispuestos a responder y adaptar los planes a cualquier necesidad. En general, siempre hubo un ambiente agradable de relajación y buenas vibras. El aspecto emocional del viaje es importante, porque sentirse bienvenido y comenzar el día con positividad y optimismo, contribuye favorablemente al estado general de bienestar del cliente. Además, el buen tiempo, el clima siempre agradable y el encanto del paisaje, coronaron sin duda la experiencia, haciéndola verdaderamente especial. La típica y soleada cordialidad mediterránea se manifestó en todos sus aspectos.
Una visión más sostenible
Ahora toca un poco de desapego emocional para analizar el test en su totalidad y subrayar algunos puntos que podrían servir a muchos otros destinos turísticos.
En primer lugar, me sorprendió y me impresionó profundamente cómo una isla tan bellamente soleada durante la mayor parte del año no puede aprovechar este regalo natural y gratuito para convertirlo en energía solar. Durante el día realmente me pregunté cuánta energía desperdiciada se podría haber convertido con paneles solares adecuados tanto en casas privadas como en edificios públicos y quién sabe, incluso en torretas especiales para recargar futuros autos eléctricos.
En segundo lugar, creo que es necesario que el cliente adopte hábitos conscientes hacia un uso responsable de los recursos. Para conseguir este reto, todos los actores del sector turístico deben trabajar conjuntamente para invitar al usuario a tomar conciencia de:
– El uso del agua. Por ejemplo, en los alojamientos (lavabos y duchas), y el uso de más cantimploras.
– El uso del transporte. Lamentablemente, la isla no favorece los viajes en transporte público, pero los coches de alquiler y las empresas de transporte podrían empezar a favorecer los coches eléctricos.
– El consumo de alimentos. Es absolutamente necesario reducir la cantidad de comida ofrecida a los turistas. Entre sus excelentes cualidades, la acogida mediterránea merece una gran hospitalidad culinaria, pero es de fundamental importancia que las porciones se reduzcan para evitar un triple desperdicio: en la compra, en la preparación y en el desecho de los alimentos, cada vez más en exceso.
Para una mayor implicación del turista en primera persona, podría ser interesante enviar a cada usuario el vademécum del turista responsable y que calculen su propia huella de consumo.
Una buena comunicación para una buena educación
En general, creo que es necesaria una mayor y más incisiva comunicación para que el usuario comprenda la extrema necesidad de realizar actividades turísticas eco-sustentables; que sepa que cada decisión que toma tiene una consecuencia y puede dejar huella en el lugar que visita. Para ello, se debe desarrollar una estrategia de comunicación más efectiva, de lo contrario la experiencia podría convertirse en unas vacaciones habituales, ligeramente alternativas, con el riesgo de no alcanzar el objetivo principal de la sostenibilidad y, por lo tanto, pasar por alto un mensaje muy valioso.
Es necesario que todos los días el cliente se involucre en una actividad que lleve a la sustentabilidad. Incluso, a costa de parecer una “manipulación mental invasiva”, pero esto es lo que necesitamos ahora: instamos y urgimos a cambiar la mentalidad, una palpitante y constante “publicidad”, que conduce e impulsa a principios sostenibles y una mayor conciencia.
Es importante aflorar más el aspecto de la implicación turística en la protección y salvaguarda del medio ambiente y la cultura local, con actividades dirigidas a: la recogida de residuos, la plantación de árboles en la zona para la reforestación de algunas zonas especialmente áridas o la inversión de un pequeño porcentaje del paquete en algún proyecto de mantenimiento ambiental y mostrar al cliente dónde se materializa realmente su compromiso financiero. Creo que es necesario llegar a la parte más emotiva del cliente para sacudir su conciencia y dejar un mensaje de urgencia y emergencia.
Acabo con un ejemplo que para mí fue un golpe emocional: se trata de la enorme cantidad de plástico que se acumula en Tristomo Bay. Lamentablemente, debido a la posición geográfica de esta bahía y a las corrientes, allí llega toda la basura de la zona e incluso de zonas más lejanas. Una imagen triste que nos tiene que hacer reflexionar: ¿es el mundo que queremos dejar?
Por eso es necesario una estrategia de comunicación mucha más efectiva hacia el cliente, porque es la forma más práctica e incisiva de transmitir un mensaje de calidad, en estos términos y redirigirlo hacia un consumo más eco-sostenible.
Máster en "Organización y Gestión de Eventos Culturales" en la Universidad de Ferrara y Máster en "Turismo Responsable y Tic" en la Uoc (Barcelona).