“Do No Harm. A Toolkit for the Tourism Industry” es un conjunto de herramientas desarrollado para negocios, ONG’s e instituciones gubernamentales que directa o indirectamente ofrecen bienes y servicios a la industria turística. Ha sido desarrollado por Business Innovation Facility (BIF), empresa de Gran Bretaña que trabaja en Myanmar, en colaboración con CDA Collaborative Learning Projects. Aunque el manual se basa en la experiencia de Myanmar, pretende ser relevante para otros países inmersos en periodos de transición política o económica y quiere contribuir al crecimiento responsable e inclusivo del sector turístico.
“Do No Harm” se define como: “principio y enfoque que reconoce que intervenciones públicas, privadas, internacionales y nacionales pueden, inadvertidamente, crear división social (conflicto) y empeorar la corrupción y el abuso si no están basadas en un análisis de los conflictos y la gobernanza y diseñadas con medidas apropiadas”.
El turismo es altamente vulnerable a periodos de desorden e incertidumbre. Por el contrario, un mensaje de paz representa inversión, educación, conservación, biodiversidad, revitalización del patrimonio cultural y tolerancia intercultural. El turismo es frecuentemente usado para el desarrollo de nuevas oportunidades económicas y de empleo en países con situaciones de post-conflicto.
Pero, para que esto sea posible, el turismo debe ser respetuoso con el entorno y consciente de las transiciones culturales y sociales. Si no es desarrollado cuidadosamente, puede causar graves daños. Para poder beneficiar economías en desarrollo, el turismo debe ser apoyado por un complejo sistema de planificación e instrumentos políticos, así como por el sector privado.
El concepto de “turismo y conflicto” es relevante en el contexto de turistas o tour operadores accediendo a nuevos destinos o comunidades. Un desarrollo turístico extensivo o a gran escala, como construcción de resorts o grandes aeropuertos, puertos e infraestructuras de comunicación, puede tener muchos impactos negativos si no se gestiona de forma adecuada. También los tour operadores a pequeña escala deben ser conscientes de que su impacto nunca es neutral.
La aplicación del enfoque “Do No Harm” se divide en 4 pasos que resumimos a continuación.
Paso 1: Analizar el contexto
Es importante conocer el contexto en el que se va a desarrollar la actividad turística: entender cómo funcionan la comunidad y los trabajadores; de esta forma se puede entender cómo la actividad turística impactará a la comunidad.
“Do No Harm” utiliza el análisis “divisores y conectores”, el cual se centra en las relaciones que existen en un contexto particular, como una comunidad local. Se centra en aquellos factores que incrementan o reducen tensiones (divisores) y aquellos que incrementan o reducen la cohesión (conectores) dentro de la comunidad. Para hacerlo es importante involucrar a todos los agentes: emprendedores del negocio, actores locales (líderes y miembros de la comunidad, ONG’s locales, organizaciones de base comunitaria…).
Se establecen varias recomendaciones: diversificar fuentes, usar un mix de métodos (brainstorming, entrevistas individuales, discusiones en grupo…). Es importante explicar a los participantes qué uso se va a dar a la información recogida.
Paso 2: Analizar la actividad del negocio
El objetivo es entender el impacto del negocio: es necesaria una profunda comprensión tanto del contexto como del propio negocio. Hay que identificar los impactos y saber qué puede hacer el negocio para fortalecer las relaciones, lo cual conlleva una mejora del entorno para la empresa y, por tanto, más posibilidades de que el proyecto sea bienvenido por la comunidad.
Para ello se usa el método llamado “mapeo de detalles críticos”, que ayuda a tomar mejores decisiones para la comunidad y para el negocio e incrementa la probabilidad de tener un impacto positivo. Para hacerlo se propone el marco RAFT: Respect, Accountability, Fairness and Transparency (respeto, responsabilidad, justicia y transparencia).
Paso 3: Identificar fuentes de riesgo y oportunidades
El paso esencial es planificar las nuevas actividades y tomar decisiones sobre estrategias de compromiso de la comunidad. Es necesario contar con los miembros de la comunidad en discusiones sobre divisores y conectores: puede ayudar a construir confianza y entendimiento.
Entender cómo la actividad turística que se quiere desarrollar interactúa en el contexto es un paso esencial para planificar nuevas actividades y tomar decisiones en base a una correcta información sobre el compromiso de la comunidad. Conocer bien los divisores y los conectores ayudará a identificar posibles fuentes de riesgo y a estar preparados para actuar. Es muy importante usar la sensibilidad cuando se traten temas conflictivos.
En este punto es muy importante tener en cuenta tanto el contexto actual como los escenarios futuros derivados de los impactos que la actividad turística pueda causar sobre la comunidad.
Paso 4: Desarrollar opciones
Los objetivos son limitar daños a personas y lugares, aumentar los beneficios, mitigar riesgos a comunidades y a la misma actividad turística. Es necesario ajustar la actividad para que tenga el mayor impacto positivo posible. Desarrollar opciones da la posibilidad de identificar oportunidades para fomentar unas relaciones constructivas y colaborativas con las comunidades locales. La actividad que se va a desarrollar se adaptará mejor al contexto si es capaz de reconocer y reaccionar rápidamente a los cambios.
Se recomienda trabajar en grupo, para pensar de forma creativa en las opciones que ofrece el contexto existente. Si la empresa es de fuera, debe colaborar con la gente local ya que es quién mejor conoce su contexto y sabe mejor lo que puede funcionar y lo que no. Así mismo, hay que aplicar criterios para priorizar opciones: patrones, tiempo, recursos.
Conclusiones
Las herramientas y modelos “Do No Harm” quieren ayudar a negocios, ONG’s y organizaciones gubernamentales a desarrollar sus actividades turísticas de forma que promuevan relaciones positivas y que limiten el riesgo de causar daño a la gente local y a los lugares.
“Do No Harm” debe utilizarse de forma continua para monitorizar y revisar el progreso, con tal de adaptar las actividades para garantizar el mayor beneficio para todos y para el entorno. Es importante que la comunidad local pueda hacer preguntas al responsable del proyecto: el compromiso de la comunidad es básico para establecer relaciones positivas y constructivas y para entender el contexto en el que se desarrolla la actividad. Así mismo, el responsable del proyecto debe ser transparente y honesto en cuanto a la actividad que llevará a cabo.
Puedes leer y descargarte gratuitamente el documento completo en este enlace.
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Actualmente estoy estudiando un Máster en Responsabilidad Social Corporativa en la UOC.
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